Esta es una herramienta terapéutica en la que se trabaja con las conductas emocionales de pacientes (adultos y niños). A través de la pintura de un mándala con geometría sagrada, se logra manifestar lo que nos quiere decir nuestra alma desde un enfoque emocional.

En el contexto educacional, es una excelente herramienta para alumnos con necesidades especiales (hiperactividad, TDA, sordo, mudos, Síndrome de Down, TEA, entre otros) y niños en general que manifiestan desequilibrio emocional como frustración, ira, ataques de pánico, depresión, niños que han sido víctimas de abuso sexual, físico y psicológico etc. 

Esto nos permite tener un diagnóstico y una visión clara y objetiva de cómo abordar la terapia a realizar para la superación de emociones discordantes o desequilibradas que nos afectan como individuos.